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Trump niega el cambio climático y sus ciegos seguidores de inmediato también lo hacen.

Incendios forestales, un efecto del cambio climático.

La negación del cambio climático por lealtad política a figuras como Donald Trump representa un caso paradigmático de pensamiento tribal donde la ideología anula la evidencia científica. Este fenómeno no es simplemente escepticismo legítimo, sino un rechazo deliberado a consensos científicos establecidos mediante miles de estudios revisados por pares y avalados por academias de ciencias de todo el mundo.

Tornados, un efecto del cambio climático.

Lo más preocupante es que esta postura suele acompañarse de desprecio hacia instituciones científicas, tachándolas de "alarmistas" o "politizadas", mientras se abraza sin crítica alguna los discursos de un líder político cuyo historial demuestra ignorancia deliberada sobre climatología.

La psicología detrás de este comportamiento revela varios sesgos cognitivos: el sesgo de confirmación (solo se acepta lo que coincide con la identidad política), el sesgo de autoridad (se valora la opinión de un líder sobre expertos) y el efecto Dunning-Kruger (se sobreestima el conocimiento propio en un campo técnico complejo).

Inundaciones, un efecto del cambio climático.

Trump, como figura política, ha instrumentalizado este negacionismo para fortalecer su base electoral, asociando la acción climática con agendas progresistas que percibe como amenazas económicas o culturales. Sus seguidores, en muchos casos, priorizan la lealtad tribal sobre el análisis racional.

La ironía es evidente: quienes acusan a la ciencia de estar "politizada" son precisamente quienes subordinan hechos científicos a su adhesión política. Mientras la comunidad científica mide el calentamiento con satélites, termómetros y núcleos de hielo, los negacionistas basan sus argumentos en eslóganes políticos y desinformación viral.

Este rechazo tiene consecuencias reales: frena políticas de mitigación, perpetúa la dependencia de combustibles fósiles y pone en riesgo a las generaciones futuras. No es solo ignorancia; es una irresponsabilidad moral activa. La ciencia no requiere fe ni lealtad partidista: requiere verificación. Y los datos sobre el cambio climático son tan contundentes que negarlos equivale a negar la gravedad o la evolución biológica.